Ya está en tu calle, parada de autobús, buzón o estatua favorita la última dosis del Camello musical.
Al final de la película Martin (Hache) de Aristarain. Federico Luppi (padre de Martin) mantiene un diálogo con Dante en el que le cuenta: "¿Sabés qué extrañaba yo de Buenos Aires? Los silbidos, la gente que anda silbando por la calle. Aquí nadie silba por la calle, tardé en darme cuenta. Notaba algo raro pero tardé unos cuantos meses en darme cuenta. Casi me vuelvo. Me entraron ganas de volver. Pero pasó. Era absurdo. No se puede volver a un lugar porque querés oír silbar a la gente".
Este mes, aprovechando la vuelta al curro de muchas personas hemos querido rendirle homenaje a aquel tema Disney de Blancanieves, que aquí nos traerá Louis Armstrong, en el que nos decían que silbando y distraídos las tareas eran siempre llevaderas. A pesar de comprobar que esto no es siempre cierto, hemos de reconocer que silbar puede tener un efecto en nuestro propio ánimo y que muchas veces sale de nosotros mismos antes de poder planearlo. Más allá de su efecto práctico para avisar, el silbido está muy conectado a la música y nos ayuda a evocarla y reproducirla, por eso, en este pequeño alijo os hemos incluido algunos de los temas, que contienen silbidos, que más nos gustan. Es probable que echéis de menos algunos, como el Wind of change de Scorpions, pero hemos intentado poner sólo canciones que no hayamos pasado ya en otras dosis anteriores.
Aunque hemos dejado algunas bandas sonoras fuera, no hemos podido evitar empezar con el archifamoso silbido de Kill Bill e incluir el de La muerte tenía un precio o el tema más conocido de la Vida de Brian y de los Monthy Python. Curiosamente un buen número de temas bandera y más populares de algunos artistas también incluyen silbidos. Es el caso de Peter Bjorn and John en el 2006 o de Flo Rida años después, además de Álvaro Soler, Otis Redding, Gene Pitney, Perry Como o Bobby Mc Ferry y su famoso himno a la despreocupación del 89.
Nos acompañan por su puesto en esta dosis dos cantantes que han hecho del silbido seña de identidad de sus temas Andrew Bird y Roger Whitaker (el rey del silbido country) Junto a ellos, Mocedades con aquella pegadiza despedida de Willy Fogg y homenajeando a dos personas muy queridas para nosotras que ya están juntas de nuevo, el nunca suficientemente reconocido, Joan Baptista Humet, también con su tema más conocido para Loli y el Winchester Cathedral (sorry pero la versión inglesa molaba más) para Carlos . Hace ya muchos ambos nos transmitieron el gusto por estas canciones y se lo seguimos agradeciendo allá donde estén.
Nada mas ni menos por este mes, si teneis dudas sobre todo esto o nos necesitáis silbadnos o dejad algún comentario y gustosos os responderemos. Que no pare la música!